Un íntimo retrato del deseo. Un homenaje valiente al cuerpo.
Este poemario es un homenaje audaz, incómodo, íntimo y combativo al cuerpo -el cuerpo enfermo, el cuerpo que se deshace de placer, el cuerpo de nuestra infancia, el cuerpo culpable, el cuerpo de las mujeres que nos precedieron, el cuerpo que se desborda, el cuerpo que nos acompaña, el cuerpo que se destruye y se sana- y al deseo, que al fin está permitido.
ve hacia el deseo
por qué no puedes
qué te frena
quién te mira
siaquí no hay nadie
si lo has pactado
si hay un pacto sagrado de fuego con tu cuerpo y el deseo
si está permitido
hazlo
qué cobarde qué pequeña qué mal lo has entendido
querida,
el deseo al fin está permitido